Tema III: Características Macromorfológicas de los órganos vegetativos
La semilla es el embrión de la planta adulta.
La semilla está rodeada por una capa dura y resistente llamada testa.
En algunos casos, la semilla es capaz de germinar y transformarse en organismo sano, sólo durante unos días después de desprenderse del árbol.
Otras conservan la viabilidad durante años; así, se sabe que las semillas del loto oriental conservan el poder germinativo 3.000 años después de su
dispersión.
Cada especie botánica tiene un periodo propio de viabilidad; las semillas sembradas después de dicho periodo de viabilidad óptima pueden
producir plantas débiles o no germinar.
A veces se confunde la falta de viabilidad de una semilla con el período de descanso.
En efecto, muchas semillas necesitan pasar una fase de descanso tras haberse desprendido de la planta, antes de estar en
condiciones de germinar y transformarse en plantas nuevas.
Por otra parte, hay semillas provistas de una cáscara externa muy dura que debe reblandecerse o pudrirse para que el agua y el oxígeno puedan llegar a
la semilla e intervenir en el desarrollo del embrión o para que éste rompa la cáscara externa.
Se llama germinación al proceso por el que se reanuda el crecimiento embrionario después de la fase de descanso. A la semilla germinada también se le llama brote.
Este fenómeno no se desencadena hasta que la semilla no ha sido transportada hasta un medio favorable por alguno de los agentes de dispersión.
Las condiciones determinantes del medio son: aporte suficiente de agua y oxígeno y temperatura apropiada.
Cada especie prefiere para germinar una temperatura determinada; en general, las condiciones extremas de frío o calor no favorecen la germinación.
Algunas semillas necesitan también un tiempo determinado de exposición a la luz para iniciar la germinación.
Durante la germinación, el agua se difunde a través de las envolturas de las semillas y llega hasta el embrión, que durante la fase de descanso se ha secado casi por completo. El agua hace que
la semilla se hinche, a veces hasta el extremo de rasgar la envoltura externa.
El oxígeno absorbido proporciona a la semilla la energía necesaria para iniciar el crecimiento.
La radícula es el primer elemento embrionario en brotar a través de la envoltura de la semilla. Forma pelos radicales que absorben agua y sujetan el embrión al suelo. A continuación empieza
a alargarse, hacia la superficie del suelo.
Los cotiledones que salen a la luz forman clorofila y llevan a cabo la fotosíntesis hasta que se desarrollan las hojas verdaderas.
Desde que comienza la germinación hasta que la planta logra la completa independencia de los nutrientes almacenados en la semilla, la planta recibe el nombre de plántula.
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