Bálsamo de Judea

Este bálsamo es el exudado de la planta Commiphora gileadensis.

Es un árbol que varía su tamaño en dependencia de la zona donde crezca, sus hojas pueden ser pequeñas o grandes y nacen alternas en brotes laterales cortos, agrupadas, pinnadas con 3 o 5 folíolos que son oblongos con puntas agudas, finos y peludos. 

Las flores son rojas, subsiles con grotes laterales entre las hojas. Su altura puede llegar hasta los 4 metros.

Raramente es espinoso y su corteza exuda una resina de olor agradable cuando es cortada o escamada.  Los frutos son de color rojo, marcados con cuatro rayas blancas longitudinales y su semilla se divide en 2 o 4 válvulas.

Es un planta aromática utilizada en el Medio Oriente, se cultivó en la antigüedad en Israel en los oasis de la cuenca del Mar Muerto, Ein Gedi y Jericó. Está descrita en los períodos romano-bizantinos y reconocida por todos los escritores judíos y griegos.

En la actualidad crece salvaje en la piedra seca de las colinas alrededor del Mar Rojo en las fronteras de Arabia Saudita, Yemen, Omán y Eritrea.

Desde la antigüedad se le atribuyen muchas propiedades medicinales y se utilizó como remedio para el dolor y la inflamación.

Varios estudios recientes han informado sobre su efecto anticancerígeno y se ha demostrado su eficacia sobre células de carcinoma de la piel y la psoriasis debido a la presencia del metabolito secundario B-cariofileno y también están implicados en este resultado varios compuestos adicionales como los terpenos.

Otro efecto encontrado por investigadores es sobre el bloqueo del crecimiento de la Pseudomona aeruginosa lo que demuestra su efecto antiséptico atribuido desde la antigüedad.

Es conocida también por su capacidad para aliviar el dolor de cabeza, la catarata en estadio temprano y la visión borrosa.

Las preparaciones con este bálsamo en forma de ungüentos se consideraron eficaces para el tratamiento de trastornos auditivos, parálisis, accidente cerebrovascular y en la reparación de fracturas.

También se ha usado como diurético, para curar enfermedades respiratorias y como antitoxina para las mordeduras de serpiente.

En la ginecología tradicional se utilizó para el tratamiento de infecciones cervicales y para retrasar la menstruación. 

Se reportan desde siglos atrás variados usos de este bálsamo que no se aplican en la actualidad pero se utilizó con frecuencia por los médicos de aquellas épocas para aliviar numerosas enfermedades.

En experiencias de laboratorio se han informado resultados antihipertensivos de preparados de este bálsamo.